viernes, 4 de septiembre de 2009

El Grana piensa en el clásico

Luego del empate frente a Argentinos, Luis Zubeldía se mostró conforme con el rendimiento de sus jugadores. "Veníamos de jugar bien contra Boca y perder, era un golpe muy duro. Estoy contento con mis jugadores por la entrega que tuvieron y me saco el sombrero ante ellos", disparó el entrenador de Lanús, que hace dos partidos que no gana y no llegará así de la mejor manera al clásico del domingo 13 frente a Banfield: "Este parate nos vendrá bien para mejorar muchas cosas. Nos tenemos que poner a trabajar para preparar muy bien el clásico".

El plantel del Granate se entrenará hoy por la tarde en el estadio y, luego de la práctica, será licenciado hasta el lunes, cuando comenzarán los trabajos más exigentes de cara al match contra el Taladro.

Fuente: Diario Olé

El medallero

Mauricio Caranta
Tapó algunas buenas, sobre todo una de Hauche en el primer tiempo. Y resolvió muy bien en los centros.

Nicolás Gianni

Tuvo una en la segunda parte; antes y después, desaparecido. Le faltó conectarse con el juego del equipo.

Maximiliano Velázquez

Hauche se quejó por un foul del lateral y, después, le tiró una patadita. El del Grana, nada: siguió jugando.

Banderas con hache

Le fue con los dos pies para adelante, muy mal, a Sabia. El árbitro lo amonestó: bien podría haber sido roja.

Gabriel Hauche

La jugada más linda del partido llegó de sus pies: hermoso taco para Sosa, que acabó con un buen remate.

Fuente: Diario Olé

Goles: Lanús 1 - 1 Argentinos. Torneo Apertura 2009

Ni Grana ni granizo

Lanús volvió a jugar flojito, extrañó mucho a Salvio y, bajo la lluvia, la tuvo complicada en varios momentos del partido. El Bicho fue un poco, poquito más.

Desde sus últimas campañas se le puede exigir más. Por los hombres que se fueron formando en los grandes equipos de Cabrero y Zubeldía, se le debe exigir más. Pero está clara la humanidad de este Lanús: no siempre puede, no siempre lo logra. Y no siempre lo merece.

Bajo una llovizna, primero, y después con el agua cayendo a borbotones, Argentinos encontró la manera de complicar a un Granate que sintió las ausencias. La de Salvio, sobre todo, que controla su ansiedad en la Selección a la espera del partido con Brasil, y la de los otros generadores de juego que sí estuvieron en La Paternal: Blanco y Aguirre.

Ellos son, a partir de sus propias capacidades, los que más responsabilidades tienen de hacer de su equipo un equipo no sólo vistoso, sino también agresivo. Pero casi no lo lograron. ¿La cancha rápida? Puede ser una excusa válida para explicar por qué no se vieron dos, tres o cuatro pases seguidos. Puede ser, seguramente, la razón por la cual a los dos equipos les costó sostener la pelota. Sin embargo, a partir de su calma, de su paciencia, Argentinos sí consiguió adueñarse del juego en gran parte del primer tiempo. Porque los ligeritos que tiene arriba, más la buena zurda de Domínguez a la izquierda y la presencia de Ortigoza -de regreso- posibilitaron jugar en la mitad de la cancha que defiende Caranta. Y fue justamente Caranta el que impidió que el Bicho consiguiera más: le tapó una buena a Hauche, controló sin dramas remates de Ortigoza y Gianni, atrapó buscapiés de Domínguez y Bogado, y descolgó centros. No fue demasiado, todo en cuentagotas. Pero fue suficiente. Y fue lo único.

Sin una referencia de área, todo lo bueno que insinuó Argentinos se perdió en las manos del ex Boca. Y cuando, por fin, Pavlovich entró para jugar como faro, nadie vio sus luces prendidas. No lo buscaron.

Cuesta -y es raro- encontrar puntos altos en Lanús. Biglieri se encendió de a ratos y de sus pies, tras una combinación con Salcedo, llegó lo mejor del equipo: un remate que reventó el palo, a los 4' del segundo tiempo. Algunos intentos de Velázquez completaron la pobre tarea. El resto fue un incesante ir y venir, el prestarse la pelota, el llegar más por acompañar el torrente de agua que con los patitos en fila. Faltó juego elaborado, alguien que llevara (bien) la pelota.

Lo llamativo de una noche de miércoles fue que las llegadas fueron casi todas sucias. Insólito, claro, si se tiene en cuenta que hubo tanta lluvia, tanta agua para todos...

Fuente: Diario Olé

¿Fue un gestito de idea, Mauricio?

Como los hinchas de Argentinos lo insultaron feo, Caranta les hizo la seña de equipo chico. Y el arquero fue la figura, con un triplete de tapadas clase A.

La noche arrancó calentita para Mauricio Caranta, más allá de la lluvia y el frío. Porque los hinchas de Argentinos lo tuvieron para el cachetazo en la previa con canciones bastante hots y con las típicas canciones para arqueros que terminan en cabaret. Y el ex Boca no se bancó tanta hostilidad y cuando fue a la cabecera local decidió hacer un gestito... Juntó sus dedos, los separó apenas y les dejó claro que para él "son así de chiquititos". Pero en lugar de sentirse cuestionado y apichonado por tantos insultos, fue el mejor del partido y si el Bicho no ganó fue por su culpa. Seguridad en los centros, aciertos con los pies y triplete de tapadas importantísimas.

Apenas arrancó el juego y cuando la guerra dialéctica de los hinchas del Bicho estaba caliente, el arquero le sacó una pelota tremenda a Hauche, quien le definió arriba desde el borde del área chica (tras un centro) y el arquero, a puro reflejo, evitó el gol. Pese a la cancha mojada y al viento nunca se complicó: siempre hizo la más fácil. Y en el comienzo del segundo tiempo le puso el candado al arco con un par de tapadas bárbaras: primero le ganó el duelo a Nicolás Gianni y al ratito le volvió a ganar a Hauche. Con el 0-0 ya sellado, se fue de la cancha con un coro de insultos y antes de dejar La Paternal no quiso hacer declaraciones. Se fue con cara de pocos amigos.

Fuente: Diario Olé

domingo, 30 de agosto de 2009

“Si saliera campeón con Lanús me desmayaría en la cancha”

El técnico del club del Sur, uno de los mejor administrados del fútbol argentino, cuenta los secretos del éxito. Mantener una base de jugadores, vender poco para comprar poco y dar lo mejor de cada uno son algunas de las claves que entrega el conductor del conjunto granate.
Lanús es proyecto. Es crecimiento. Es una utopía que muchos quieren asemejar. Es que estuvo en el fondo del mar y resurgió de las cenizas. Hace 30 años estaba sumergido en una crisis institucional y económica. Pero ahora, la historia es otra. Es un ejemplo como club y está a la par de los grandes del fútbol argentino. En una charla con Página/12, su entrenador Luis Zubeldía contó lo difícil que es mantenerse en la elite del fútbol argentino y su gran sueño personal: “Si saliera campeón con Lanús me desmayaría en medio de la cancha”. Pero para que eso suceda, primero tienen que pasar varias batallas, y la de hoy con Boca es muy importante para que ese sueño empiece a vislumbrarse.
–No se notan grandes diferencias entre ambos equipos, ¿como lo vive desde adentro?
–Es algo que se ha gestado por lo que sucedió en el fútbol. Igual, Boca es el que comandó la última década en el primer nivel. Hay que sacarse el sombrero ante lo que hizo. Siempre buscamos mejorar para poder arrimarnos a lo que es Boca a nivel mundial.
–Pero en estos momentos se da una paridad entre los grandes y chicos.
–Sí, puede ser. Tiene que ver con los recambios de jugadores. En Boca, en los últimos tiempos, se han ido muchos jugadores y han vuelto con otra edad. Entonces, hasta que se acomodaron al fútbol actual hubo algunas instituciones como Lanús, Estudiantes y Vélez, que están equilibradas en la compra y venta de jugadores, que pudieron crecer y tener este presente.
–¿Cuál es su visión del fútbol actual?
–Es muy difícil abrir un juicio con respecto al fútbol local en cuanto al rendimiento. En los últimos años existió un éxodo de jugadores que no es normal. No es fácil sobreponerse ante una situación tan complicada como la que se vive.
–Pero Lanús ¿está al margen de eso?
–Es verdad. Por suerte, en el club podemos mantener una base de equipo, ya que vendemos poco y traemos poco. Igual, nos tenemos que mantener en ese plan para seguir en lo más alto. Aunque sabemos que es muy difícil, tenemos que seguir nuestro camino en todas las áreas.
–¿Y esta temporada la empezaron bien?
–Sí, y estoy muy contento, aunque soy consciente de que el torneo recién empieza. Es muy bueno tener este funcionamientos en los primeros encuentros, pero no nos tiene que modificar en nuestro camino. Tenemos que seguir haciendo lo mismo que venimos realizando en los últimos tiempos.
–¿Era lo que se imaginaba?
–Siempre aspiramos a lo mejor. Pero soy consciente de que es muy difícil arrancar el campeonato como lo hicimos. Además, en cada comienzo de torneo la paridad entre los equipos es mucha y cualquier resultado se puede dar. En el cuerpo técnico sabemos de esto. Y por suerte pudimos comenzar con dos triunfos.
–En las últimas temporadas su equipo siempre estuvo en los primeros puestos, ¿a qué cree que se debe?
–Sin dudas que esto es producto del buen funcionamiento del club, ya sea de los dirigentes, de los jugadores y del cuerpo técnico. El hecho de que todos demos lo mejor de cada uno lleva a que el club viva este presente tan prometedor. Igual, tenemos que seguir trabajando y sabiendo que el fútbol es dinámico, para los buenos y los malos resultados. Todos los integrantes del fútbol estamos al alcance de esas dos posibilidades, de que se te den o no los resultados. El tema está en mantener un equilibrio para superar los momentos malos.
–¿Hay que mentalizarse en pelear cosas importantes?
–Trataremos de dar lo mejor y seguir trabajando para corregir cosas. No es sencillo sostenerse en la elite del fútbol argentino. Por eso, aspiramos a conseguir algún título o por lo menos ser protagonistas hasta lo último.
–¿Qué es lo que más valora de Lanús?
–Lo que más destaco de este proyecto es el compromiso que hay en todas las personas que trabajan en el club.
–¿Y en lo institucional?
–Lo veo muy bien, con un crecimiento social muy grande. Ojalá que pueda seguir creciendo en infraestructura. A mi parecer, ése es el gran desafío que tenemos para el fortalecimiento del club. Después tenemos que mantener esa infraestructura de primer nivel, en la Argentina no es fácil mantener un proyecto así. Mientras se sigan vendiendo jugadores y los resultados nos sean favorables, esto se hará. Después vamos a tener que mantener todo lo que se logró, y eso es lo más difícil de todo.
–¿Futbolísticamente impusieron un estilo?
–Estamos muy bien. Tenemos una propuesta que genera admiración o un respeto de los colegas. Esto es algo que nos halaga mucho.
–¿Cuál es su balance en su primera temporada como entrenador?
–Fue muy buena. Haber salido primero en la general no es poco. Haber entrado a la Sudamericana con doce partidos de anticipación y haber peleado los dos torneos hasta último momento tampoco es poco. Por eso, todo esto me deja muy contento. Además, estar por primera vez en la historia primero en la tabla de los promedios también me genera admiración.
–¿Lanús era el club ideal para que empiece su carrera?
–Desde la comodidad, no hay duda de que era el mejor lugar. Pero es muy difícil asumir cuando las cosas están muy bien. Porque el mantenerse es complicado y, por suerte, lo pudimos hacer.
–¿En qué cree que tiene que mejorar?
–En todo. Todavía me falta mucho por aprender. Solamente hace un año que soy entrenador. Ser entrenador implica abarcar muchas cosas que hay que pulir constantemente.
–¿Qué meta le falta cumplir en el club?
–Mi mayor sueño es conseguir un título con esta institución que me dio todo. Es un sueño, pero a su vez es un gran compromiso que tengo con el club. Creo que si me pasa eso me desmayaría en medio de la cancha.
Entrevista: Matías Mazzocchi.
Fuente: Pagina 12

A Caranta de perro

Luego de su confusa y escandalosa salida y en el medio de un juicio millonario, Caranta se enfrenta hoy con Boca. ¿Va por la venganza?

"Yo no tengo rencor con nadie", espetó hace ya un tiempo. Pero sus íntimos juran que el veneno está adentro.

Ningún chiste cordobés le alegró la semana a Mauricio Caranta. Ni siquiera el evento familiar por el que viajó a su ciudad el miércoles. Evitó el contacto con la prensa y sólo habló una vez. El y su almohada sabrán si anoche se llevaron bien. Hoy, en definitiva, habrá que exteriorizar sentimientos y sentir, al cabo, la adrenalina que vive un paciente cuando su terapeuta lo obliga a enfrentarse a situaciones traumáticas.

Juicios millonarios. Declaraciones desmedidas. Rumores imposibles de comprobar. Versiones crueles. Rencores gigantescos. Heridas que no cierran. Acusado y acusador. A Caranta de perro... Así jugará esta tarde el arquero de Lanús, que se medirá por primera vez con Boca luego de transitar los más feos estados de ánimo que alguna vez pensó que el fútbol le podía deparar.

"Imperdonable", tituló Olé la grotesca y escandalosa situación que se desarrolló en Tandil el 22/1 cuando Ischia le cerró la puerta del hotel en la cara. ¿Qué pasó? ¿Por qué se fue de Boca? La verdad, la verdadera verdad (no es un juego de palabras) no se supo, por más que los protagonistas se hayan esmerado en argumentar explicaciones que no convencen ni a un nene de dos años. "Si hubiesen pasado alguna de todas las cosas que dicen estaría preso", dice Caranta y acusa al periodismo por no creerle que abandonó el arco más importante del país por "simples desentendimientos con el técnico".

Hoy, 220 días después, Caranta se vuelve a ver las caras con sus viejos compañeros. Algunos, claro, con los que acuñó una buena relación y otros a los que ni soporta. Si hasta se llegó a insinuar que el hecho de no ser amigo de Riquelme le aceleró la salida. En los próximos meses, esos mismos compañeros podrían ser citados como testigos en el juicio que tiene con Boca, con la incomodidad lógica que supone una circunstancia de ese tipo. El 7/9 el club debe responder la demanda que envió Caranta y luego el Juzgado 9, que interviene en el caso, podría fijar una audiencia conciliatoria. Incluso, según contaron desde el departamento de legales de Boca, Caranta cuenta con una habilitación provisoria para atajar en Lanús. Lo más jugoso del litigio: el juicio que el arquero le inició al club oscila los $6 millones. Boca, por su parte, va a contrademandarlo por considerar que rescindió el contrato de manera injustificada.

Tan intrincada estaba su realidad que hasta el presidente de Boca le ofreció, cuando el conflicto no vislumbraba vías de resolución, ir a River. Pero apareció Lanús, acusado de romper un pacto tácito entre directivos. Eso lo terminó de irritar. Y lo hará jugar a Caranta de perro...

Fuente: Diario Olé