domingo, 30 de agosto de 2009

A Caranta de perro

Luego de su confusa y escandalosa salida y en el medio de un juicio millonario, Caranta se enfrenta hoy con Boca. ¿Va por la venganza?

"Yo no tengo rencor con nadie", espetó hace ya un tiempo. Pero sus íntimos juran que el veneno está adentro.

Ningún chiste cordobés le alegró la semana a Mauricio Caranta. Ni siquiera el evento familiar por el que viajó a su ciudad el miércoles. Evitó el contacto con la prensa y sólo habló una vez. El y su almohada sabrán si anoche se llevaron bien. Hoy, en definitiva, habrá que exteriorizar sentimientos y sentir, al cabo, la adrenalina que vive un paciente cuando su terapeuta lo obliga a enfrentarse a situaciones traumáticas.

Juicios millonarios. Declaraciones desmedidas. Rumores imposibles de comprobar. Versiones crueles. Rencores gigantescos. Heridas que no cierran. Acusado y acusador. A Caranta de perro... Así jugará esta tarde el arquero de Lanús, que se medirá por primera vez con Boca luego de transitar los más feos estados de ánimo que alguna vez pensó que el fútbol le podía deparar.

"Imperdonable", tituló Olé la grotesca y escandalosa situación que se desarrolló en Tandil el 22/1 cuando Ischia le cerró la puerta del hotel en la cara. ¿Qué pasó? ¿Por qué se fue de Boca? La verdad, la verdadera verdad (no es un juego de palabras) no se supo, por más que los protagonistas se hayan esmerado en argumentar explicaciones que no convencen ni a un nene de dos años. "Si hubiesen pasado alguna de todas las cosas que dicen estaría preso", dice Caranta y acusa al periodismo por no creerle que abandonó el arco más importante del país por "simples desentendimientos con el técnico".

Hoy, 220 días después, Caranta se vuelve a ver las caras con sus viejos compañeros. Algunos, claro, con los que acuñó una buena relación y otros a los que ni soporta. Si hasta se llegó a insinuar que el hecho de no ser amigo de Riquelme le aceleró la salida. En los próximos meses, esos mismos compañeros podrían ser citados como testigos en el juicio que tiene con Boca, con la incomodidad lógica que supone una circunstancia de ese tipo. El 7/9 el club debe responder la demanda que envió Caranta y luego el Juzgado 9, que interviene en el caso, podría fijar una audiencia conciliatoria. Incluso, según contaron desde el departamento de legales de Boca, Caranta cuenta con una habilitación provisoria para atajar en Lanús. Lo más jugoso del litigio: el juicio que el arquero le inició al club oscila los $6 millones. Boca, por su parte, va a contrademandarlo por considerar que rescindió el contrato de manera injustificada.

Tan intrincada estaba su realidad que hasta el presidente de Boca le ofreció, cuando el conflicto no vislumbraba vías de resolución, ir a River. Pero apareció Lanús, acusado de romper un pacto tácito entre directivos. Eso lo terminó de irritar. Y lo hará jugar a Caranta de perro...

Fuente: Diario Olé

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