Se lo nota un poco más tranquilo, aunque su voz lo delata. No lo puede disimular. En el fondo, Rodolfo Graieb sigue digiriendo el mal trago de haber perdido su lugar. "Fue duro salir del equipo. Hace mucho tiempo que no me pasaba, y la verdad no lo esperaba", le cuenta a Olé el defensor de 34 años.
Seguramente, nunca pensó que esa contractura que sufrió ante Godoy Cruz en la fecha 11 del Apertura pasado lo iba a dejar fuera de las canchas por tanto tiempo. ¿El motivo? Luis Zubeldía quedó encantado con el rendimiento de su reemplazante, Hernán Grana, motivo por el cual a Rodo no le quedó otra que mirar los partidos desde el banco de suplentes.
-¿Tenés idea de por qué pasó lo que pasó?
-No, yo tampoco lo entendí. Las cosas que yo hablé con Luis quedaron en el vestuario, pero hay cosas que no comparto. Pero lo respeté y lo respeto porque es el técnico.
-¿Cómo quedó la relación con él después de esa charla?
-Por supuesto que no es la misma. Hay algo en el medio que pasó. Pero no soy rencoroso, y a pesar de que me dolió mucho, sé que antes de Graieb y de Zubeldía está Lanús.
-¿Qúe fue lo que te dolió más en todo esto?
-Quizá que de un día al otro pasé de ser indiscutido a salir del equipo. Así, de la nada... No lo esperaba.
-¿Fue el golpe más duro de tu carrera?
-Sí, porque nunca me había pasado. Fue realmente muy duro. Pero si no bajé los brazos es porque tengo que intentar recuperar nuevamente el puesto. Y eso voy a buscar en esta pretemporada.
-¿Cuánto significa Lanús en tu vida?
-Tanto el club como la gente me dieron todo. Es muy grosso y muy fuerte lo que me pasa con ellos. Pase lo que pase, el amor que tengo por la gente no me lo va a sacar nadie. Y lo voy a defender a muerte.
-¿Pensaste en el retiro?
-No, porque me siento bien físicamente. Además, ya dije que de acá me voy a ir con la gloria. Me tengo mucha fe para conseguirlo.
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