domingo, 14 de junio de 2009

Despertarte de una vez

Lanús fue goleado ante Arsenal por 4 a 1 en quizás la peor actuación Granate del torneo. El gol de Lanus fue obra de Velázquez. Nada para destacar, actuación para el olvido.

”Cuadros de extraño resplandor…” canta Massacre en uno de sus estribillos y si bien es exagerado hablar de una masacre futbolística, lo del extraño resplandor puede ser acertado para hacer una vaga descripción de la actuación Granate en Sarandí. Lanús jugó pésimo el partido que no debería haberlo jugado así. Es cierto, los jugadores dejaron el alma, corriendo, pidiéndola, mostrándose en muchos casos, pero no resolvieron nunca el planteo propuesto por Arsenal ni tampoco las jugadas en las que se logró hacerse de la posesión de la pelota. Generó pocas situaciones de gol y, lo peor de todo, careció de la rebeldía necesaria para contrarrestar toda la basura que se habló en los últimos días. Jugando así, pareciera darle la derecha a todos los idiotas que no miraron la tabla general y se abrazan del llanto pechofrio que justamente hoy es carcajada nerviosa.
Que Lanús no viene jugando bien no es novedad. Que es un equipo largo por momentos tampoco. Luisito alguna vez dijo que hay momentos donde prefiere cederle la pelota al rival a cambio de que el ataque una vez recuperada esa pelota tenga una suficiente dosis de sorpresa como para lastimar. Excelente la teoría y como variante para alguna ocasión del partido, pero tomárselo tan a pecho como viene haciendo Lanús últimamente es jugar con fuego. Arsenal pareció salir al campo con más obligaciones que un Granate desconcentrado, que no sólo como es habitual en los últimos partidos cedía el control de la bocha, sino que la miraba pasar cada vez que los rivales tocaban. Los dos cincos se pedían permiso mutuamente para salir a presionar, de a uno, perdiendo indefectiblemente contra los medios de ellos, que siempre quedaban en mayoría y superaban esa línea con una simpleza llamativa como para que en algún momento no se advirtiera y no se intente subsanar.
El gol de Arsenal parecía al caer y simplemente cayó. En declaraciones post partido, Zubeldía había dicho que se había puntualizado más que fervientemente que los locales utilizan como recurso el centro al primer palo y la peinada hacia atrás en busca de un segundo cabezazo. Así, llegó el enésimo gol en contra de pelota parada, donde no se lo convierten a Lanús por una diferencia de altura o de capacidad de salto de sus jugadores (como podría suceder, dada las características de los mismos), sino con la comodidad de ingresar solo quien cabecea y disponer del arco a su merced. Marcando de esa manera, la única solución es contratar a Superman en el arco para que evite lo que la defensa Granate regala con tanta liviandad.
Lanús no reaccionó nunca y si sumamos que había entrado semigroggy, era un coctail explosivo pero en contra. De una pelota perdida en el medio parte una contra que deriva en un penal que nunca fue y que un hincha de Lanús cobro (Hamilton, retráctate, Brazenas y su familia son de Lanús de toda la vida, ayer dio un penal que no fue y todas las divididas se las dio a Arsenal. Pero de ahí a decirte que perdimos por el árbitro…). Gol de Arsenal, dos a cero.
El tres a cero llegó casi al toque, cuando ya se veía a un equipo que no hacía pie y a otro agrandadísimo. Es una pena que no podamos dedicarle más palabras al golazo que hizo el new para alimentar una llama que a esa altura era un piloto de cualquier calefón y soñar con una remotada que nunca fue. Se terminó 3 a 1 el primer tiempo, con un Lanús al que había que pedirle los documentos para saber si realmente eran sus intérpretes los que vestían la tan hermosa Granate en la noche de Sarandí.
Para la segunda etapa, Luisito dispuso el ingreso de Ledesma por un Graieb que la había pasado muy mal en el primero en todo concepto, pero la cosa no cambió mucho. La salida de Valeri por Lagos (¿Algún jugador tiene exclusividad para jugar en el campo todo lo que quiere que después de jugar tan mal encima se retira lentamente, casi sin ganas, como lo demostrado en el campo? Avísenme, que lo tendré en cuenta a la hora de la próxima columna), y de Arce por el pulpito mostró algún cambio y alguna aproximación más, que siempre Arsenal se la rebuscó para que no llegue a la red. A esa altura, los locales jugaban con la desesperación Granate y por momentos se lucían, tocando la pelota de un lado a otro para la alegría del conjunto de peones de la Ferretería de Don Julio, que asistían desde la popu y la platea. Si los hermanos sabaleros todavía cuentan cuando le ganaron al Santos de Pelé, tranquilamente este grupo de auxiliares ferreteros podría contarle a su descendencia del paseo que le dio Arsenal a Lanús ayer a la noche en el viaducto.
Lanús tuvo una noche que si solamente se quiere recordar, es para no jugar ni por asomo tan mal. El equipo no viene jugando bien desde hace tiempo, no parece jugar en función de equipo como queda parado por momentos, pero pedir a dos fechas del final que se revierta esto es como utópico. Sí se le puede exigir concentración, que las líneas jueguen asociadas entre si, entrega colectiva (ayer la tuvo pero en dosis individuales, nunca fue un equipo), que no se pierdan las marcas y que jueguen estos dos partidos verdaderamente con el cuchillo entre los dientes. Si la ayuda llega desde la Boca vía carrito de Supermercado, recémosle a los Santos. Si es así, todavía depende de nosotros. La motivación para seguir creyendo no hay que buscarla en el rendimiento, sino en la tabla general, donde Lanús es cómodo puntero. Es lo único que nos lleva indefectiblemente a seguir creyendo que todavía se puede. Despertarte de una vez Granate, quien te dice que todavía no estés a tiempo.

Por Arthur Andersen Potty
Fuente: Lanus.com.ar

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