miércoles, 18 de marzo de 2009

Game Over

Con la derrota por 2 a 1 del Grana ante Everton como local, todas las fichas ahora si, van para el Torneo local. Rocambolesco partido en La Fortaleza, donde Lanús comenzó ganando y dispuso de muchísimas situaciones que no pudo capitalizar y termino pagando caro

Se terminó el misterio. La derrota ante el equipo chileno en condición de local, termina de develar de que ahora si, los objetivos cambian radicalmente. Ya no es primordial sacar 20 puntos en el torneo local como para abrochar la clasificación a la Sudamericana y apuntar todos los cañones a la Copa. Lo primordial es sacarlos cuanto antes esos 20 puntos y seguir sacando al menos otros 20 más y soñar despiertos una tercera estrella en el más hermoso de los escudos existentes. Será difícil, nadie lo duda, pero la mejor revancha para una Copa esquiva y para un equipo que mereció más, tanto ayer como en el global de su participación hasta el momento, es levantar la Copa, pero la que auspicia la gente del cable.
Lanús no fue lo oportuno que viene siendo una vez por semana cada vez que le toca jugar por el torneo local. No aprovecho sus buenos momentos, ni contra Chivas, ni contra Caracas y muchísimo menos ayer contra Everton, donde jugó un primer tiempo del carajo, casi llevándose puesto a los de Viña y donde debió haber goleado pero encontró un arquero figura y un Dios con faceta de humano como el Pepe Sand, que terminó dilapidando cuatro situaciones claras de gol, algo extraño en el, pero que algún día puede pasarle, al centro delantero más grande de la historia del Club y quizás el ídolo máximo, por todo lo que genera su presencia.
En el segundo tiempo Everton mejoro, mucho también por el desgaste físico de Lanús (jugó un primer tiempo a un ritmo más que vertiginoso, superando más que claramente a su rival pero sín plasmarlo en el score) y fue muchísimo más oportuno. Capitalizó un error táctico increíble para un equipo que busca destacarse en grandes cosas, como es el Granate. Es sorprendente, dada la trascendencia del partido, que ganando por un tanto, el empate llegue de un contra golpe después de un centro a favor, en el que nadie baja al que inicia la jugada y terminan generando un ataque donde son tres los rivales contra un defensor y contra Chiquito, que nada pudo hacer a pesar de haber tenido dos salvadas importantes, una por tiempo.
Sobre la hora, el fútbol volvió a mostrar su cara interesante si se quiere, donde cualquiera le gana a cualquiera y que es un deporte injusto, donde no siempre el que mejor juega, gana. El Grana pudo hacerlo pero el travesaño le dijo que no a Firulete. Everton si hizo pleno, cuando capitalizó un lateral ofensivo y terminó ganando un partido para la alegría del interesante grupo de chilenos que se acerco a alentar al equipo de sus amores.
El Grana practicamente quedó eliminado de una Copa que lo encontró en un grupo accesible (sin ser necios, en los papeles, solo los viajes eran complicados) pero de la que no mostró la pericia necesaria como para terminar de redondear o mejor dicho, de trabajar los partidos a su favor. Pagó carísimo el no aprovechar los buenos momentos que tuvo en tres de los cuatro juegos que lleva disputado en el certamen y hoy, prefiere no creer en ningún milagro y apostar a lo cierto, que es el Clausura, que lo encuentra líder, pero a 13 estaciones del final. Los más de 20.000 Granates que acompañaron al equipo, lo despidieron con el reconocimiento justo para aquellos que no solo nos dieron la máxima alegría sino que también dejaron todo en pos de una victoria que no se dio. No importa Grana, de todo se aprende. La mejor revancha, la empezamos a tener a partir del domingo. Game over para la Copa, todas las fichas ahora si, al torneo local.

Por Gastón Cuccaro

No hay comentarios:

Publicar un comentario