domingo, 31 de mayo de 2009

La punta es sola mia.

El Bassi llenoLanús mantuvo la punta gracias a un penal que vio el árbitro y nadie más. El buen inicio se quedó en eso, San Lorenzo lo empató, estaba para cualquiera, pero...













Por trabajo desde las bases. Por un estilo que ya es marca registrada en el fútbol argentino. Por todos esos pibes que se hacen hombres y llevan a Lanús a lo más alto. Por el legado de Cabrero y Zubeldía. Por ese tremendo goleador que es el Pepe Sand. Y por mucho más, Lanús no debe, merece ni necesita lo que cobró Gustavo Bassi.

Anoche Lanús no fue el Lanús que acumula y acumuló méritos para ser puntero. Por eso, el penal que le dio Bassi fue una caricia oportuna. Muy oportuna. Y uno de esos fallos que no terminan ni mucho menos en el simple pitazo.

Una noche lluviosa y helada, Bassi se puso las ropas de Castrilli y cobró un penal que él jamás cobra. Fue absurdo, eso sí, el agarrón de Ledesma a Fritzler, pero cuando la pelota no había sido puesta en juego. Después existe otro tironcito, lejos de la pelota, de ésos que se amontonan en cada pelota parada para cualquier equipo del mundo. Y ahí la sanción, que hasta sorprendió a los jugadores de Lanús ya que ninguno había esgrimido ni la más mínima protesta.

Por eso ganó Lanús un partido que puede ser clave en la definición del campeonato y por el que se habían armado mil hipótesis por la fuerza que podría hacerle San Lorenzo con Huracán líder provisorio. ¿Qué pasó antes del penal? De todo pero en pequeñas dosis...

Que San Lorenzo muestre desorden en un partido es algo que ha sido normal en varios pasajes del semestre (y es algo por lo que Simeone ya trabajó y trabaja). Que Bottinelli falle en su propia área también ha resultado habitual en algunos partidos. Y que Lanús maneje la pelota ha sido una marca indeleble de este equipo. Por eso, si todo eso se junta no es extraño que en apenas siete minutos el local gane 1-0.

El responsable de ese rápido quiebre del resultado fue San Lorenzo. Porque el centro de Blanco fue deficiente, Bottinelli lo rechazó débil y al medio de área, Salvio encontró ese regalo sin marca y su para nada furibundo derechazo rozó en Adrián González y descolocó a Navarro.

Sin ser ninguna maravilla pero con avanzar en el campo a partir de Fritzler y Diego González, Lanús se impuso al trotecito en la mitad de cancha y así jugó muy cómodo hasta los 20-25 minutos. Desde ahí, y a partir del atrevimiento del Papu Gómez y la precisión de Solari, San Lorenzo dio muestras de cierta ambición, aprovechó la escasa marca del tándem Blanco-Graieb, mereció el empate antes del descanso y lo consiguió con una chambonada de Faccioli.

Lanús estaba aturdido, pero escuchó la mejor música para sus oídos y terminó con el Bassi lleno, a punto de rebalsar.

Fuente: Diario Olé

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